DON VITTO GIOVANNI

DON VITTO GIOVANNI

jueves, 28 de octubre de 2010

LA CONQUISTA DE LA FELICIDAD


Hoy me aparto un poco de la ciencia para hablaros de este libro que cayó casualmente en mis manos. No he querido perder la oportunidad de conocer la opinión de Bertrand Russell sobre la felicidad ¿Y qué os puedo decir de un libro de Bertrand Russell? Pues lo que ya habréis intuido: que está lleno de esas frases que suelen citar los que escriben blogs y diferentes escritores para colgar artículos, introducir nuevos capítulos en sus libros o para quien quiere colgarse una medalla cuando discute con alguien. Aunque el título establece claramente su objetivo, habla de temas relacionados con el mismo, muy variados, consiguiendo que uno acabe reflexionando sobre sí mismo, cuestionándose aptitudes, inquietudes, preocupaciones y vida en general. Podría describir los capítulos y demás, pero eso podréis conocerlo leyendo el índice. He preferido poner un montón de esas frases y párrafos extraídos de él: así algún día alguien los podrá utilizar.

Alejandro Magno pertenecía al mismo tipo psicológico que el lunático. Sin embargo, no pudo hacer realidad su propio sueño, que se iba haciendo más grande a medida que crecían sus logros. Cuando quedó claro que era el mayor conquistador que había conocido la historia, decidió que era un dios. ¿Fue un hombre feliz? Sus borracheras, sus ataques de furia, su indiferencia hacia las mujeres y pretensiones de divinidad dan a entender que no lo fue.
(…)
El poder, mantenido dentro de unos límites adecuados, puede contribuir mucho a la felicidad, pero como único objetivo en la vida conduce al desastre, interior si no exterior.
El hombre que adquiere con facilidad cosas por las que solo siente un deseo moderado llega a la conclusión de que la satisfacción de los deseos no da la felicidad. Si tiene inclinaciones filosóficas, llega a la conclusión de que la vida humana es intrínsecamente miserable, ya que el que tiene todo lo que desea sigue siendo infeliz. Se olvida de que una parte indispensable de la felicidad es carecer de algunas de las cosas que se desean.
En el siglo XVIII, una de las características del “caballero” era defender y disfrutar de la literatura, la pintura y la música. En la actualidad, podemos no estar de acuerdo con sus gustos, pero al menos eran auténticos. El hombre rico de nuestros tiempos tiende a ser un tipo muy diferente. Nunca lee. Si decide crear una galería de pintura con el fin de realzar su fama, delega en expertos para elegir los cuadros; el placer que le proporcionan no es el placer de mirarlos, sino el de impedir que otros ricos lo posean (…) El resultado de todo esto es que no sabe qué hacer con su tiempo libre. El pobre hombre se queda sin nada que hacer como consecuencia de su éxito. Esto es lo que ocurre inevitablemente cuando el éxito es el único objetivo de la vida.
El aburrimiento parece ser una emoción característicamente humana. Es cierto que los animales en cautividad se vuelven indiferentes, pasean de un lado a otro y bostezan, pero en su estado natural no creo que experimenten nada parecido al aburrimiento (…) Huir de los enemigos que pretenden quitarnos la vida es desagradable, me imagino, pero desde luego no es aburrido. Ningún hombre se aburre mientras lo están ejecutando, a menos que tenga un valor casi sobrehumano. De manera similar, nadie ha bostezado durante su primer discurso en la Cámara de los Lores, con excepción del difunto duque de Devonshire, que de este modo se ganó la reverencia de sus señorías.
Ahora nos aburrimos menos que nuestros antepasados, pero tenemos más miedo de aburrirnos. Ahora sabemos, o más bien creemos, que el aburrimiento no forma parte del destino natural del hombre, sino que se puede evitar si ponemos empeño suficiente en buscar excitación.
Una persona habituada a un exceso de excitación es como una persona con una adicción morbosa a la pimienta, que acaba por encontrar insípida una cantidad de pimienta que ahogaría a cualquier otro (…) Cierta cantidad es sana pero, como casi todo, se trata de una cuestión cuantitativa. Demasiado poca puede provocar ansias morbosas, en exceso provoca agotamiento. Así pues, para llevar una vida feliz es imprescindible cierta capacidad de aguantar el aburrimiento, y esta es una de las cosas que se deberían enseñar a los jóvenes.
Una novela que eche chispas desde a primera página seguramente no será muy buena novela. Tampoco las vidas de los grandes hombres han sido tan apasionantes, excepto unos cuantos grandes momentos. Sócrates disfrutaba de un banquete de vez en cuando y seguro que se lo pasó muy bien con sus conversaciones mientras la cicuta le hacía efecto, pero la mayor parte de su vida vivió tranquilamente con Xantipa, dando un paseíto por la tarde y tal vez encontrándose con algunos amigos por el camino. Se dice que Kant nunca se alejó más de quince kilómetros de Königsberg en toda su vida. Darwin, después de dar la vuelta al mundo, se pasó el resto de su vida en su casa. Marx, después de iniciar unas cuantas revoluciones, decidió pasar el resto de sus días en el Museo Británico. En general, se comprobará que la vida tranquila es una característica de los grandes hombres, y que sus placeres no fueron del tipo que parecería excitante a ojos ajenos.
Cuando hay que tomar una decisión difícil o preocupante, en cuanto se tengan todos los datos disponibles, hay que pensar en la cuestión de la mejor manera posible y tomar la decisión; una vez tomada la decisión, no hay que revisarla a menos que llegue a nuestro conocimiento algún nuevo dato. No hay nada tan agotador como la indecisión, ni nada tan estéril.
Un hombre que sea feliz en su matrimonio y con sus hijos no es probable que sienta mucha envidia de otros por su riqueza o por sus éxitos, siempre que él tenga lo suficiente para criar a sus hijos del modo que considere adecuado.
¿Por qué la propaganda es mucho más efectiva cuando incita al odio que cuando intenta promover sentimientos amistosos? La razón, evidentemente, es que el corazón humano, tal como lo ha moldeado la civilización moderna, es más propenso al odio que a la amistad.
Donde más daño hace la educación moral de la primera infancia es en el terreno del sexo. Si un niño ha recibido una educación convencional por parte de padres o cuidadores algo severos, la asociación entre el pecado y los órganos sexuales está ya tan arraigada para cuando cumple seis años que es muy poco probable que se pueda librar por completo de ella en todo lo que le quede de vida (…) El resultado es que muchos hombres adultos consideran que el sexo degrada a las mujeres (…)
Pregúntese seriamente si el mundo ha mejorado gracias a la enseñanza moral que tradicionalmente se da a la juventud. Considere la cantidad de pura superstición que contribuye a la formación del hombre convencionalmente virtuoso y piense que, mientras se nos trataba de proteger contra toda clase de peligros morales imaginarios a base de prohibiciones increíblemente estúpidas, prácticamente ni se mencionaban los verdaderos peligros morales a los que se expone un adulto ¿Cuáles son los actos verdaderamente perniciosos a los que se ve tentado un hombre corriente? Las triquiñuelas en los negocios, siempre que no estén prohibidas por la ley, la dureza en el trato de los empleados, la crueldad con la esposa y los hijos, la malevolencia para con los competidores, la ferocidad en los conflictos políticos… estos son los pecados verdaderamente dañinos más comunes entre los ciudadanos respetables y respetados.
Existen muchas personas a las que les disgusta la racionalidad. Piensan que si se le da rienda suelta, mata todas las emociones más profundas. El hombre racional, cuando siente alguna de estas emociones, o todas ellas, se alegra de sentirlas y no hace nada por disminuir su fuerza, ya que todas estas emociones forman parte de la buena vida, es decir, de la vida que busca la felicidad para uno mismo y para todos los demás. En sí mismas, las pasiones no tienen nada de irracional, y muchas personas irracionales solo sienten las pasiones más triviales.
Si una persona de cierto ambiente asegura ser víctima de un maltrato universal, lo más probable es que la causa esté en ella misma, y que o bien se imagina afrentas que en realidad no ha sufrido, o bien se comporta inconscientemente de tal manera que provoca una irritación incontrolable.
Una de las formas más universales de irracionalidad es la actitud adoptada por casi todo el mundo hacia el chismorreo malicioso. Muy pocas personas resisten la tentación de decir cosas maliciosas acerca de sus conocidos, y a veces hasta de sus amigos; sin embargo, cuando alguien se entera de que han dicho algo en contra de él, se llena de asombro e indignación. Al parecer, a estas personas nunca se les ha ocurrido que, así como ellos chismorrean acerca de todos los demás, también los demás chismorrean acerca de ellos.
Si a todos se nos concediera el poder mágico de leer los pensamientos ajenos, supongo que el primer efecto sería la ruptura de casi todas las amistades; sin embargo, el segundo efecto sería excelente, porque un mundo sin amigos nos resultaría insoportable y tendríamos que aprender a aprecias a los demás sin necesidad de ocultar tras un velo de ilusión que nadie considera a nadie absolutamente perfecto.
Si un hombre es un genio a quien su época no quiere reconocer como tal, hará bien en persistir en su camino aunque no reconozcan su mérito. Pero si se trata de una persona sin talento, hinchada de vanidad, hará bien en no persistir. No hay manera de saber a cuál de estas dos categorías pertenece uno cuando le domina el impulso de crear obras maestras desconocidas. Si perteneces a la primera, tu persistencia es heroica; si perteneces a la segunda, es ridícula. Cuando lleves muerto cien años, será posible saber a qué categoría pertenecías. Mientras tanto, si usted sospecha que es un genio pero sus amigos sospechan que no lo es, existe una prueba que tal vez no sea infalible, y que consiste en lo siguiente: ¿produce usted porque siente la necesidad urgente de expresar ciertas ideas o sentimientos, o lo hace motivado por el deseo del aplauso? En el auténtico artista, el deseo de aplauso, aunque suele existir y ser muy fuerte, es secundario, en el sentido de que el artista desea crear cierto tipo de obra y tiene la esperanza de que dicha obra sea aplaudida, pero no alterará su estilo aunque no obtenga ningún aplauso. En cambio, el hombre cuyo motivo primario es el deseo de aplauso carece de una fuerza interior que le impulse a un modo particular de expresión, y lo mismo podría hacer un tipo de trabajo totalmente diferente.
La opinión pública siempre es más tiránica con los que la temen obviamente que con los que se muestran indiferentes a ella. Los perros ladran más fuerte y están más dispuestos a morder a las personas que les tienen miedo que a los que los tratan con desprecio, y el rebaño humano es muy parecido en este aspecto.
Si bien es deseable que los mayores muestren respeto a los deseos de los jóvenes, no es deseable que los jóvenes muestren respeto a los deseos de los viejos. Por una razón muy simple: porque se trata de la vida de los jóvenes, no de los viejos. Cuando los jóvenes intentan regular la vida de los mayores, como por ejemplo, cuando se oponen a que su padre viudo se vuelva a casar, incurren en el mismo error que los viejos que intentan regular la vida de los jóvenes. Viejos y jóvenes, en cuanto alcanzan la edad de la discreción, tienen igual derecho a decidir por sí mismos y, si se da el caso, a equivocarse por sí mismos.
Desaprovechar las oportunidades de conocimiento, por imperfectas que sean, es como ir al teatro y no escuchar la obra. El mundo está lleno de cosas, cosas trágicas o cómicas, heroicas, extravagantes o sorprendentes, y los que no encuentran interés en el espectáculo están renunciando a uno de los privilegios que nos ofrece la vida.
Un libro corto, apto para todos los públicos y en el que, aunque ya haga mucho tiempo que fue escrito, se tratan temas y reflexiones que siguen siendo totalmente válidas y actuales.


Título: “La conquista de la felicidad”
Autor: Bertrand Russell

Una reconstrucción probable-- DR. NESTOR KIRCHNER---- qepd----

Los antecedentes de salud de Néstor Kirchner abren estimaciones entre los especialistas médicos. Expertos consideran que puede haber caído en el 0,6 por ciento de riesgo de que, tras la intervención de hace dos meses, la arteria se le haya vuelto a obstruir.

 Por Pedro Lipcovich

La muerte de Néstor Kirchner puede haber obedecido a un hecho improbable: caer en el 0,6 por ciento de riesgo de que, luego de una angioplastia cardíaca –como la que se le había efectuado hacía menos de dos meses–, la arteria vuelva a obstruirse. Este taponamiento habría causado un infarto cardíaco que, a su vez, habría provocado una arritmia, en la cual las fibras cardíacas pierden la sincronía que permite al corazón latir. La arritmia –según esta reconstrucción probable, que Página/12 efectuó con un especialista de la Fundación Favaloro– dio lugar a la denominada muerte súbita, aquella que se produce en no más de dos horas luego del infarto. La enfermedad de base que padecía el ex presidente era la aterosclerosis, que en febrero pasado se había manifestado en la carótida y, en septiembre, en las arterias coronarias. Por lo demás, “el hecho de que, pocos días después de la angioplastia, Kirchner haya concurrido a un acto masivo no tiene por qué haber perjudicado su salud”, observó el cardiólogo.
“Admitiendo que el diagnóstico final de lo que causó la muerte de Néstor Kirchner sea infarto de miocardio, puede haberse debido a que se tapó la angioplastia que tenía desde septiembre o a la rotura de una nueva placa aterosclerótica –precisó Oscar Mendiz, jefe de cardiología intervencionista de la Fundación Favaloro–; la opción más probable es la primera, ya que, si hubiera tenido otra placa, seguramente se la habría tratado en la misma intervención.”
La angioplastia –a la que Néstor Kirchner había sido sometido en la noche del 11 de septiembre– es una intervención por la cual, mediante un catéter que se inserta en la ingle o en la muñeca, se llega a la parte lesionada de la arteria, se la dilata y se deja allí un stent, un dispositivo para mantenerla abierta. “La oclusión brusca de una angioplastia es muy poco frecuente –destacó Mendiz–; sucede en menos del 0,6 por ciento de los casos por año, generalmente en las primeras horas, y efectivamente puede dar lugar a un infarto de miocardio.”
El infarto no necesariamente produce la muerte súbita, como se designa a la que se produce en menos de dos horas. “En general, la causa de una muerte súbita es la fibrilación ventricular, una arritmia de las fibras cardíacas, que puede ser desencadenada por un infarto. Por grande que sea el infarto, difícilmente provoque una muerte súbita si no produjo fibrilación. Y por eso se procura instalar desfibriladores en aeropuertos, estadios y otros lugares: para disminuir la probabilidad de que eventuales infartos causen muertes súbitas”, explicó el cardiólogo.
Además de la angioplastia, a Kirchner se le había efectuado, en febrero pasado, una cirugía de carótida: “No se trata de dos enfermedades distintas, sino de la misma enfermedad, aterosclerosis, que afecta las paredes de los vasos sanguíneos –puntualizó Mendiz–. Esta enfermedad no tiene cura, y su evolución a largo plazo depende de distintos factores, incluso de la suerte, pero también de que el paciente se cuide: que cumpla los controles, tome los medicamentos y, sin perjuicio de que pueda tener una vida agitada, haga actividad física programada. Suele suceder que los pacientes cumplan durante unos meses y después se olviden”, señaló Mendiz.
También “las situaciones de estrés predisponen la liberación de hormonas como la adrenalina, la suba de presión arterial o simplemente el olvido de tomar el medicamento”. Mendiz recordó que “el día en que cayeron las Torres Gemelas hicimos siete angioplastias a pacientes con infarto agudo de miocardio: la cantidad que habitualmente hacemos en un mes entero”.
En cuanto al hecho de que, pocos días después de la angioplastia, Kirchner haya participado en un acto público, “si bien llamó la atención en su momento, no creo que haya influido en la evolución posterior. Se recomienda cierta inmovilidad para que cierre la pequeña herida que se causó al introducir el catéter. Pero, salvo que se trate de una persona que hace esfuerzos físicos, se le permite al paciente que vuelva a trabajar al tercer día”, explicó Mendiz.

« La Acción más Antigua de la Historia: Monedas

Moneda Japonesa 1736
En sus más remotos comienzos el ser humano practicaba el trueque. Ya saben, eso de que te cambio mi hacha por tu oveja o te doy un atao de trigo a cambio de tu piel de oso para abrigarme.
En un principio la cosa no funcionaba mal, pero pronto este sistema comenzó a mostrar sus carencias. Solía ocurrir que a lo mejor tú no necesitabas un hacha ni siquiera a cambio de tu oveja más esmirriada  o nadie disponía de una piel de oso por muy hermoso y gordo que fuera mi trigo, por lo que no había una buena relación de oferta y demanda. Además, para agravar más este problema, el excedente de productos que se logra con la agricultura y la ganadería y el contacto con diferentes pueblos y culturas que trajo consigo el inicio de la navegación,  hace necesario algún nuevo sistema que sea más flexible y práctico que el trueque.
Así nacen las primeras monedas, es decir, el vil dinero…

En realidad las primeras monedas no son más que un trueque que se estandariza. Tú me das lo que sea y yo te doy un trozo de metal precioso que eso siempre viene bien y nunca sobra. La ventaja que proporcionan las monedas es que garantizan la calidad y el peso del metal que recibes.

Aunque no todo el mundo está de acuerdo con ello, la  que ven en la foto de arriba está considerada la primera moneda oficialmente acuñada en la historia. Fue encontrada en Lidia(Turquía),y está datada en el del 600 a.C. Su peso es de 4,75g. y está hecha con Electro, una aleación natural de oro y plata.

La Estátera o Tetradracma (Siglo V a.C.) es la primera moneda cuyo  uso se acepta y se extiende,  siendo utilizada por todo el mundo clásico griego y llega incluso a ser la moneda oficial de Egipto durante el Imperio Romano.
Normalmente acostumbramos a relacionar monedas con redondo, pero no siempre es así.
Por ejemplo aquí tenemos estas monedas chinas del siglo IV a.C con forma de espada. También es bastante peculiar el agujero que tienen para llevarlas atadas con cuerdas.

O esta tan curiosa del siglo I a.C. con forma de jamón y en la que aparecen Agripa y Cesar Augusto.
Sestercio de Caracalla
Y les presento a ustedes la moneda más famosa y que más lejos llegó en el Mundo Antiguo: El Sestercio.
El dinero habla todos los idiomas, el empuje del mundo Árabe es imparable y durante gran parte de la Edad Media el Dirham de plata será la moneda más apreciada.
El Tálero (Thaler en Alemán) era una moneda de plata alemana nacida durante el siglo XVI y con amplio uso durante varios cientos de años. Solía ser práctica habitual raspar y limar los cantos de las monedas para sacarle algo de plata o de lo que estuviera hecha, por eso se imponen las monedas con los cantos labrados o estriados para evitar estas limaduras. También destacar que desde un punto de vista lingüístico, la palabra Dólar procede de Thaler
El Real de a Ocho Español también llamado Peso Fuerte o Spanish Dollar (Sí, como suena, Dolar Español. ¿A qué se hace raro? ;-)  ) Acuñada en plata  a partir de 1497 esta moneda merecía una entrada por sí sola. Su uso se extendió por toda Europa, América y el Extremo Oriente, siendo la única moneda extranjera que aceptaba China como pago y convirtiéndose en la primera divisa de uso mundial de la historia.
Fue moneda oficial de los Estados Unidos hasta 1857 y el famoso signo del dolar ( $ ) está inspirado en las dos  columnas de Hércules que aparecen en el Real de ocho.
Su valor intrínseco era tan fuerte que a menudo se cortaba en cuatro trozos u ocho para “tener cambio”. De ahí la expresión española “no tienes cuatro cuartos” y los nombres de “Quarter” y “Two bits (dos trozos)que dan a las monedas de 25 centavos en los estados Unidos. También, muchas de las actuales monedas como el Dolar Americano, el Dolar Canadiense, de Filipinas, muchas latinoamericanas e incluso el Yuan Chino están basadas en el Real de Ocho.