DON VITTO GIOVANNI

DON VITTO GIOVANNI

domingo, 12 de febrero de 2012

Nueva ley de minería para zanjar conflictos




DON VITTO GIOVANNI

PRESENTA


Nueva ley de minería para zanjar conflictos


Por Carlos Reboratti


GEOGRAFO (UBA / CONICET)


En forma recurrente aparece en los medios la información sobre conflictos generados por la instalación de empresas de minería a cielo abierto , corporizados en la reacción de grupos locales que se oponen a esos emprendimientos recurriendo a varias formas de protesta, incluyendo el cierre de caminos.


Para el lector ajeno a este tipo de temas, seguramente le parece difícil entender cómo un grupo de vecinos se opone a una actividad económica, sobre todo cuando se trata de lugares que han sido marginados del desarrollo y el crecimiento económico. El tema es muy complejo y muestra la tensión entre distintos sectores de la sociedad generada por su visión sobre los efectos positivos y negativos de dicha actividad extractiva .


Desde la sanción en 1994 de una ley de promoción de la minería que le da amplio margen de acción, incluyendo una virtual exención de impuestos a la exportación, esta actividad ha ido creciendo.


Según la Constitución Nacional reformada en 1994, l os recursos naturales son de propiedad de las provincias, y por lo tanto son ellas las que deben negociar con las compañías mineras los permisos y condiciones de explotación. Algunas provincias directamente han prohibido la minería a cielo abierto, pero otras (básicamente las más pobres) no lo han hecho y por el contrario a veces la han promocionado.


Cuando descendemos al nivel local, es allí donde se generan los conflictos : al conocerse un proyecto de explotación, e influenciados por los grupos ambientalistas más radicalizados y activos del país que potencian la natural inquietud de los pobladores por los efectos que la minería podría tener en el ambiente, algunos sectores de la sociedad local se movilizan para detenerlo. Ante esto las compañías responden diciendo que el proyecto es totalmente seguro desde el punto de vista ambiental, que generará puestos de trabajo y efectos muy positivos en la economía local.


Las respuestas de los gobiernos provinciales son heterogéneas : en los casos donde apoyan abiertamente a las compañías mineras directamente acusan a esos movimientos sociales de irresponsables; en otros, y según el cariz que toman los acontecimientos, dudan o a veces dan marcha atrás con los permisos de explotación.


Se podría pensar que estos conflictos se deberían resolver mediante una consulta popular.


¿Pero ésta se debería referir sólo a la población local, que potencialmente sufriría las consecuencias de la minería o a la de toda la provincia, que es en algún sentido la “dueña” del mineral? Hay dos ejemplos contrastantes: el los casos donde existió un referéndum local siempre el resultado fue opuesto a la mina.


Pero en las elecciones o reelecciones de gobernadores que explícitamente mostraron su apoyo a la minería, indefectiblemente éstos ganaron por amplia mayoría.


Ante este dilema que parece tan difícil zanjar, la solución posible es la formulación de una nueva ley de minería que determine claramente la forma de resguardar y delimitar los intereses locales e incluya la formulación de mecanismos de resolución de conflictos.










Con gobiernos corruptos la verdad es poco creible

DON VITTO GIOVANNI 

PRESENTA


Con gobiernos corruptos la verdad es poco creible

La lucha diplomatica por nuestras queridas islas malvinas,a pesar que nos desgarremos hasta los huesos, no va ha prosperar , saben porque ??? no nos toman en serio, no somos un país serio ante el consenso internacional, somos un país poco creíble.

 Sres. del poder administrativo argentino , no somos el centro del mundo !!!!!!!!

Si los poderes que gobiernan de la Nación son permisivos, corruptos  hasta la medula, negocian por una valija de dinero el bienestar, la salud , el futuro de la nación, tratando de convencernos de que es el futuro  es llenar de agroquimicos a los nacimientos en el norte argentino o llenar de cianuro la tierra y las aguas - la poca que queda en cercanía a las minas a cielo abierto que están en funciones , gracias a Menen -presidente de la Nación  en  la década de los noventa.hasta hoy la administración actual, una de las mas corruptas de la historia argentina  Simplemente con estos dos ejemplos -hay muchos mas- de la venta al costo de los recursos nacionales al menor postor.

Quien nos va tomar en serio???? ante un reclamo "por unos pocos peñascos como son nuestras queridas islas Malvinas "???????  se esta rematando la nación, como siempre lo han hecho , con cortinas de humo, --hoy son las malvinas - caro a nuestro sentimientos- de que bienestar para los poblados y ciudades en relación a los beneficios directos de  explotacion están  hablando ????, desde el ejecutivo hasta los corruptos secundarios como los gobiernos provinciales  ??? Hoy el convencimiento ya no pasa por la dialéctica solamente , sino hoy están reprimiendo las fuerzas de choque armados identificados como fuerzas provinciales y los disfrazados de civiles.

El mundo aunque el gobierno nacional no lo crea esta  globalizado a nivel informático, no vivimos en una isla, el mundo se entera de las boludeces que hacen los gobiernos argentinos, no escondan la cabeza en el suelo , se les ve el cuerpo, que las noticias y la historia les llega en forma inmediata sobre las luchas intestinas , peleando quien y que se roba primero la nación ante el termino del presente mandato y la novela se va a volver a repetir, si el pueblo no se prepara intelectualmente para elegir a sus representantes en forma democrática.
Recuerden a principio de siglo Santiago del Estero tenia quebracho y del mejor , los ingleses con los gobiernos de turno de aliados saquearon las tierras , se lo llevaron , lo explotaron y hoy estan los poblados igual o mas pobres que hace un siglo y no hay bosques pero dejaron salares , que bueno no ????

El costoso aplauso del populismo



DON VITTO GIOVANNI

PRFESENTE

 fuente LA PRENSA POPULAR

El costoso aplauso del populismo


Sección: Opinión / Actualidad El gobierno nacional destina unos $ 2400 millones al año para alabarse a sí mismo y distraer de los problemas de fondo. El kirchnerismo recurre descaradamente al uso partidista de todos los recursos del Estado.





El populismo es una suerte de malsana religión política. Es también una adicción. Se expresa siempre con un estilo estridente, ampliamente conocido por los argentinos. Sus líderes exigen protagonismo exagerado y requieren tener a su disposición una audiencia constante, cuya complicidad emotiva apuntan a explotar. Para esto recurren a los mitos y a la explotación de los resentimientos, en un escenario donde la confrontación deviene permanente. En lo económico, la receta es simple: calmar los males del presente sin pensar en el futuro. Por esto, de pronto, cuando llega la inevitable hora de los ajustes, procuran disfrazarlos y disimularlos de mil maneras.

Los gobiernos populistas recurren descaradamente al uso partidista de todos los recursos del Estado, lo que naturalmente reduce al mínimo las posibilidades de que la oposición tenga presencia en el escenario informativo que no sea el mismo al que ellos convocan.

Para esto, el gasto publicitario simplemente no tiene límites. Idealmente, para los populistas la información debe ser monopolizada por el Estado, de manera que no se cuestione el discurso único ni se afecte el culto a la personalidad. Por esto la decisión de embestir a los medios independientes. También por esto la creación de los multimedios al servicio del Gobierno, a los que se disfraza de “públicos”, cuando lo cierto es que están enteramente al servicio del poder político. Por esto la consecuencia es el aumento exponencial del gasto en publicidad oficial.

En esto se recurre, además, a las redes de medios de comunicación masiva que (por dinero) se transforman en sumisamente afines, a las que se alimenta con publicidad oficial, desoyendo abiertamente los fallos de la Corte Suprema de Justicia, como si no hubieran jamás existido.

El año pasado, a estar a las cifras difundidas por Poder Ciudadano, el desembolso en publicidad oficial del gobierno nacional fue la enormidad de 735,8 millones de pesos. Esto es, de dos millones de pesos por día. Prácticamente lo mismo que requiere cubrir el lamentable déficit operativo diario de Aerolíneas Argentinas.

Paralelamente, LA NACION dio a conocer la semana última un relevamiento de inversión publicitaria realizado por una consultora privada que daba cuenta de que los cuatro diarios del Grupo Uno, cuyos principales accionistas son el empresario Daniel Vila y el ex ministro menemista José Luis Manzano, recibieron en 2011 un aumento promedio de la pauta publicitaria oficial del orden del 920 por ciento respecto de 2010. Mientras, la publicidad oficial en Canal 13, del Grupo Clarín, representó el año pasado apenas un 12 por ciento del total de lo que había recibido un año antes.

A ello deben naturalmente agregarse las fuertes erogaciones necesarias para alimentar al “Fútbol para Todos”, el recientemente anunciado y también oneroso “Automovilismo para Todos”, a la Radio Televisión Argentina (incluyendo a las combativas Radio Nacional y Canal 7) y a la agencia oficial de noticias Télam.

El fútbol sólo suma otros 753,5 millones de pesos al año, sin contar las partidas adicionales, a las que se denomina “gastos asociados a la emisión y comercialización” del fútbol. Y el costo de Télam, Radio Nacional y Canal 7, que se estima en unos 910 millones de pesos al año.

En total, entonces, el gobierno nacional destina a alabarse y aplaudirse a sí mismo unos 2400 millones de pesos al año. Esto suma unos seis millones y medio de pesos por día, o sea algo más de un millón y medio de dólares diarios.

El costo directo de la gigantesca máquina de aplaudir que se ha estructurado es realmente enorme, según queda visto. No cabe duda de que con esos dineros públicos se podrían hacer muchísimas otras cosas en beneficio real y directo de los ciudadanos. Pero pocos lo advierten, precisamente porque con esos fondos el Estado los mantiene distraídos.

Esta es una realidad lamentable, que no puede soslayarse en modo alguno, porque estos biombos y cortinas de humo se están utilizando para justificar la construcción y el mantenimiento de un Estado cada vez más intervencionista y policial.



Fuente: La Nación