DON VITTO GIOVANNI

DON VITTO GIOVANNI

sábado, 27 de agosto de 2011

No es sano pensar el poder como un bien permanente como el kirchnerismo




DON  VITTO  GIOVANNI

PRESENTA


por JORGE LANATA


150811 - Perfil - No es sano pensar el poder como un bien permanente. Las lecciones para el kirchnerismo y para la oposición.




Hasta hace unas horas parecía que no iba a ganar nadie. Por el contrario, el discurso de la clase política hacia el público era: “Yo creo en vos”, “Votate vos”, “Te voto a vos”. Las PASO iban a ser “una especie de gran encuesta” para algunos y “una mejora institucional insustituible” para el Gobierno. Pero de pronto Cristina ganó, y entonces una elección no vinculante en la que el público fue obligado a asistir a aplaudir candidatos elegidos a dedo se transformó en el camino derecho a octubre sin ballottage.

Después de las derrotas de Capital, Córdoba y Santa Fe, el Gobierno había empezado a sonreír a regañadientes, a llamar a los opositores para felicitarlos por el triunfo ajeno y... ¡¡hasta Cristina se detuvo frente a una maraña de micrófonos en Río Gallegos y dio una nota!! Como sucede con el triunfo, nivelará aciertos y errores: ayer, en la elección que nadie iba a ganar, ganó el descenso de la desocupación, la Ley de Medios, la revalorización del rol del Estado en la economía, la distribución equitativa de la publicidad electoral, la política de derechos humanos y Tecnópolis. Ganaron junto a Schoklender, los aviones de Jaime, las licitaciones de De Vido, Fútbol para Todos, los alquileres de Zaffaroni, el escándalo del Inadi, las tierras fiscales de Calafate, los jueces venales, la caja de la Anses, los intelectuales alquilados y la inflación vendada.

En el caso de la oposición, la elección cantada sirvió para mostrarles el espejo de su propia miseria; incapaces de unirse per se, ahora buscarán que los una el espanto, midiendo cada voto de la encuesta como los adolescentes que, en un baño del colegio, se miden el largo del pito: nadie quiere ser menos que presidente, todos quieren digitar las listas ajenas e imponer la imagen propia sobre la del resto. No hacen política, sino que discuten poder. Son incapaces de inspirar a nadie, sólo despiertan miedo o conveniencia. Cacarean como vecinas indignadas pero poco se preparan, menos estudian, casi nada se esfuerzan y terminan recogiendo lo que siembran.

Tal vez no nos guste verlo, pero esta elección en la que no pudimos elegir a nadie se nos parece: alcanza con que una jueza o el ministro del Interior nos amenace recordándonos que son obligatorias para que asistamos, cansinos y dóciles, a ratificar la elección a dedo de la mayoría de los candidatos. Es cierto: la publicidad electoral fue, por primera vez en la historia, pareja y democrática en la difusión. Pero los partidos la dilapidaron en una serie de consignas vacías, efectos luminosos y frases idiotas. La única conducta original nació de Twitter, y fue la campaña iniciada por Jorge Rial a favor del Partido Obrero: se produjo el milagro para Altamira.

Nos sucede desde 2001: no se fue nadie, cuando iban a irse todos. Duhalde, Alfonsín, Rodríguez Saá, Carrió, Macri, Kirchner, Aníbal Fernández, Moyano, Scioli, Ruckauf, Menem y siguen las firmas: barones del Conurbano devenidos en progres recientes, gobernadores clientelistas, sindicalistas conservadores, operadores económicos disfrazados de políticos, viejos que se aferran al sillón y se resisten a partir.

—¿Para qué queremos voto electrónico?— se pregunta, displicente, Aníbal Fernández.


Es cierto: es mucho mejor votar a mano, perder boletas, que falte tinta, llevar a cabo una democracia artesanal. Aníbal no debe usar el control remoto de su televisor, ni celular, y seguro viaja a Quilmes en carreta.


¿Para qué votar con boleta única? Es mucho mejor que el cuarto oscuro parezca un carnaval de boletas que nadie sabe cuándo empiezan ni cuándo terminan: colectoras, autopistas, pases libres, sistemas indirectos, todo lo posible para complicar y hacer más tortuoso el acto de elegir; hasta –como ayer– hacer elegir lo ya elegido.

Quizá a nadie le importe, pero quisiera –a los cincuenta años– soñar con una democracia que resulte del equilibrio de poder. Quiero decir: un sistema en el que el pez grande no pueda comerse al chico, en el que nadie sienta la impunidad de tener la vaca atada y en el que la política vuelva a tener –o tenga, por primera vez– el sentido del servicio público. La sola idea de la reelección conspira contra esto: dinastías de políticos que se eternizan en sus sillones, familiares que se nombran entre sí, verdaderas castas que ignoran la vida real.

Si la historia sirve para algo más que para ser reescrita a conveniencia, nos muestra que la fórmula del poder eterno nunca funcionó: Julio Argentino Roca manejó los hilos de la política argentina durante treinta años, en su segundo período creció la protesta social y surgieron las primeras huelgas violentas de trabajadores, con enfrentamientos armados entre policías y rompehuelgas en Buenos Aires y Santa Fe. En la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen (1928-1930) sobrevino la crisis económica mundial, la Gran Depresión y el gobierno no pudo articular respuesta alguna. Yrigoyen intervino las provincias de Mendoza y San Juan, gobernadas por radicales opositores, y se produjeron crímenes políticos (el asesinato del senador Lencinas, del abogado Castellano y un atentado contra el propio presidente). El gobierno cortó el diálogo con la oposición y se produjo el primer golpe de Estado de una trágica serie que marcó el siglo XX. El segundo gobierno de Juan Domingo Perón (1952-1955) agotó la política distributiva del primero y se generalizaron las huelgas y los conflictos sociales. Perón fue reelecto con el 62% de los votos, congeló los salarios y los precios, y llamó al capital extranjero para desarrollar la industria pesada. Se enfrentó con la Iglesia por la ley de divorcio y sufrió el golpe del ’55. Carlos Menem ganó el segundo período con el 49,94% de los votos: comenzó una etapa de recesión y se multiplicaron las denuncias por corrupción. Tuvo un nuevo intento de reforma constitucional, esta vez fallido, y en su peor momento de popularidad terminó pasándole la banda presidencial a Fernando de la Rúa.

No es sano para nadie pensar en el poder como en un bien permanente, nunca sujeto a examen. Ojalá el Gobierno interprete que triunfó gracias a sus aciertos, y no a sus errores.



La corrupción y los kirchner


DON  VITTO  GIOVANNI
PRESENTA


La corrupción y los kirchner


Jorge Lanata -

200709 - La corrupción


La corrupción es como el aire acondicionado: sólo advertimos el ruido cuando empieza, luego nos acostumbramos a él. La corrupción es, en realidad, la línea de tolerancia de una enfermedad humana imposible de erradicar.

Por eso crece y se expande en la impunidad: crece cuando dejamos de considerarla como tal. Cuando quien roba lo hace para “la Corona”, el robo encuentra su justificativo. Cuando alguien roba moderadamente en el país de las exageraciones, el robo ya no parece lo que es. El “roban pero hacen” es el mejor ejemplo de esa condena: el esclavo explicando sus grilletes.

Días atrás, en pleno escándalo por la declaración jurada de los presidentes, casi llegaron a expresarlo así en un patético programa de Canal 5,6,7: les faltó decir “roban pero lo declaran”. La Presidenta formal y el presidente en retiro expectante presentaron, en el límite de vencimiento del plazo legal, una declaración de bienes más parecida a la confesión de un testigo protegido que a una exigencia del cargo.

>>¿De dónde salieron los 28 millones de los Kirchner ganados en un año?>>

¿No hay contadores en Santa Cruz? ¿No tenían a mano una calculadora? Nada de eso: saben que esas cuentas serán discutidas en Comodoro Py, y entonces no se tratará de matemáticas sino de física: presión aplicada a un juez. Las causas por enriquecimiento ilícito K que tramitaron ante Ercolini y Canicoba Corral ya tuvieron un final feliz; la que investiga la compra irregular de terrenos en El Calafate está bajo la órbita de una sobrina presidencial, la fiscal Romina Mercado, en el expediente: “El Estado Argentino contra el tío y la tía”. No importa tanto, entonces, que no les den las cuentas. La hija de Alicia Kirchner y Armando “Bombón” Mercado es, además, juez y parte: recibió 10.060 metros cuadrados de tierras fiscales subvaluadas con destino a una chacra.

El escándalo de las tierras fue publicado por primera vez en PERFIL el 17 de diciembre de 2006, con facsímiles de gran parte de las escrituras y los decretos autorizando las operaciones: pocas horas después manteníamos en Radio del Plata un diálogo insólito con el intendente Néstor Méndez:

—Usted me pregunta eso porque usted es opositor –me dijo Méndez, exaltado, por teléfono.

—También yo le podría decir que acá de usted se dice que es homosexual –atacó.

—Sí, Méndez. Yo soy homosexual –le dije entre risas–. ¡Ahora explíquenos usted por qué es chorro!

>>6 millones de chicos pobres que supieron conseguir... Y de los que casi nadie habla>>

Al ex chofer del Hospital Distrital Formenti, tres veces reelecto como intendente de El Calafate, aquella nota le costó su cuarta reelección y un operístico reto de Cristina. Pero nada del fondo cambió: las tierras compradas a 7,50 pesos fueron vendidas a 120 pesos. Así los presidentes, por ejemplo, pudieron vender un terreno adquirido en 50 mil dólares a Cencosud, la empresa de los supermercados Fisco, en dos millones y medio de dólares.

¿Y si Néstor es Henry Ford redivivo? –preguntará Página/12. ¿Y si su habilidad para los negocios es tal que no sólo amasó su fortuna ejecutando hipotecas de viejitos desvalidos sino también previendo las fluctuaciones del mercado inmobiliario? El problema es que se violaron las ordenanzas vigentes, en todos los casos: las tierras fueron entregadas sin proceso de licitación alguno, en superficies que triplican la extensión que se entrega a vecinos comunes y tres mil pedidos de ciudadanos quedaron pendientes de aprobación municipal.

El patrimonio del matrimonio pasó, en un año, de 18 millones a 46, elevándose un 158,2%, triplicaron sus depósitos bancarios y crearon dos empresas hoteleras que, según la declaración, logran ingresos con ocupación plena durante todo el año y turistas que comen dos desayunos y gastan fortunas en room service. Eso sí, los K no pasarían el Juego de los Matrimonios: para la declaración de Cristina, el 45% de Hotesur vale 371.232 pesos, pero para Néstor, el mismo 45% de la misma Hotesur vale 1.941.632, cinco veces más.

Por impunidad, error, trampas del inconsciente o exceso de confianza, los Kirchner confesaron un delito. ¿Será posible que ningún juez quiera escucharlo? - Perfil



NOTA :  Luego de amasar semejante fortuna, es facil pedir a los votantes humildad y contemplacion en el voto ," por igualdad social; hacemos todo lo posible; sensacion de inseguridad " no son creibles.