DON VITTO GIOVANNI

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miércoles, 12 de octubre de 2011

ARQUEOLOGIA : Una visita de los dioses que reinaban antes de Colón

DON VITTO  GIOVANNI

PRESENTA

Una visita de los dioses que reinaban antes de Colón


12/10/11

Son 150 piezas que tienen hasta 2700 años. Algunas nunca habían sido exhibidas.

PorMercedes Pérez Bergliaffa

Cultura,visita,diosesLlueve en La Boca. ¿Será porque Tlaloc, el dios de la lluvia, acaba de llegar...? Viajó en una inmensa caja de madera para estar presente en la impresionante muestra que se inaugurará el sábado. “Dioses, ritos y oficios del México prehispánico”, aquí, en la Fundación Proa.

Pero Tlaloc no está solo: lo acompañan unas 150 figuras de barro y piedra, como Xipootec –dios de la fertilidad– y Mictlantecutli –dios de la muerte–. Algunas de ellas están realizadas a escala humana y muchas son inéditas (jamás fueron expuestas en México ni en ningún lado). Son piezas que tienen desde 2.700 hasta 500 años de antigüedad.

“Muchas de las piezas de esta muestra vienen de museos pequeños, desconocidos”, relata su curador, David Morales Gómez. “Cuando fui a buscar la figura de un dios a uno de ellos, Huiloapan de Cuauhtémoc, me estaba esperando todo el pueblo en la calle, con la banda de música tocando. Eso nunca me había pasado en mi vida, ni de curador, ni de arqueólogo. Cuando me entregaron la estatuilla, las personas me dijeron: “Aquí te entregamos a Xipe-Totec, nuestro dios, para que lo lleves a Buenos Aires.” ¿Te das cuenta? Fueron ellos quienes me dieron la estatuilla, contentos porque su dios iba a viajar; no la institución, no el intendente. El pueblo me prestó su dios y lo saludaban con música. Fue algo emocionante”.

En exclusiva, Clarín estuvo presente en ese ritual que es la apertura de las cajas donde viajaron las figuras sagradas. Así pudimos ver cómo, cuando se levantaba una tapa de madera y aparecía la carita de un dios, también aparecían en Buenos Aires la vida y la muerte del México antiguo, el cielo y el inframundo, la tierra, los animales, las batallas y la colonización… Una cosmovisión proveniente de las culturas prehispánicas de la costa del golfo de México.

Aquí en Proa, se siente que estos dioses arrastran consigo una historia de siglos. “La exhibición tiene tres ejes”, explica al curador de la muestra, el arqueólogo mexicano David Morales Gómez, “los ritos, los oficios y los dioses. Las tres cosas se relacionan entre sí. En el caso de los dioses, los que trajimos son, en su mayoría, deidades de la fertilidad hechas en piedra y barro, los dioses narigudos Tlazolteotl y Cihuateteotl, y la deidad de la muerte, Mictlantecutli”. Y está Xipe-Totec, el dios de los desollados, que vestía la piel de un sacrificado y simbolizaba las fuerzas de la renovación en la naturaleza.

Hay dos puntos fundamentales dentro de esta exhibición, el dedicado a los sacrificios humanos y otro, vinculado al juego de la pelota , considerado sagrado en las culturas mesaoamericanas. El curador explica: ¿Por qué están tan presentes en la muestra los sacrificios humanos? En México, los sacrificios estuvieron relacionados con los tributos a los dioses. Eran ofrendas que significaban el reconocimiento hacia los dadores de vida. Los mortales pagaban, así, parte de su deuda hacia ellos.

¿Cómo comprender desde la mentalidad contemporánea estos sacrificios humanos? Es interesante comprenderlos en relación con la naturaleza, comprender que, a cambio de eso, ellos iban a recibir un bien. En un huracán, por ejemplo, tenías que ofrendar algo a tu dios para que te protegiera del daño. O para que el volcán no escupiera fuego. Tenías que ofrendar algo para que la naturaleza no te destruyera.

¿Estos dioses fueron transformándose? ¿Qué queda de ellos en el México de hoy? Aun hoy algunas personas siguen yendo a las montañas a ofrendarle semillas a Tlaloc. También pintan las cruces en lo alto de las montañas de azul, color que originalmente era el de Tlaloc. En algunas comunidades indígenas también ocurre que, cuando nacen niños, se les corta el cordón umbilical y se lo entierra en el campo (que simboliza el campo de batalla). En cambio, si es niña, el cordón se entierra dentro de la casa porque ella va a estar dedicada al hogar. Todo esto se relaciona con el ciclo de la vida y la muerte. Y con los dioses.

Usted trabaja con objetos singulares: en algunos, miles de personas a lo largo de los siglos depositaron su fe y hasta sus vidas. ¿Piensa que son piezas especiales? Creo en el poder del ser humano, en lo que puede transmitir. Por eso me impresiona ver una deidad y unas figurillas. Porque entiendo que fueron concebidas por un ser humano igual a mí; tienen toda su magia y su fuerza depositadas allí. Sí, creo que estos objetos tienen un poder

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